Héctor Narváez
Ser o no ser
Es el gran dilema en estos últimos días para el Presidente Andrés Manuel López Obrador y para Morena.
Y no es alcanzar lo más pronto posible la cobertura nacional con la vacuna contra el COVID. Ni tampoco mejorar la mala situación económica del país.
Es permitir que “las mañaneras” se transmitan en plena campaña electoral. Y eso ha metido a “los actuales hombres del poder” en una discusión un tanto filosófica: ser o no ser.
Predicar con el ejemplo
Increíble, pero es cierto: en plena modernidad en México, los que se dicen ser los grandes demócratas, no están a favor de las reglas del juego en un proceso electoral.
A lo mejor y se sienten halagados ante el reconocimiento que hizo Trump al mandatario nacional por su ayuda de servir como “policía” para detener las caravanas migrantes, pero quizá más inspirados por la forma en que el Presidente saliente de los Estados Unidos se negaba a dejar el poder.
A estas alturas del partido, a la mayoría de los mexicanos no se les puede engañar. Y saben que las conferencias matutinas de Palacio Nacional les han utilizado para ser campaña.
Todos los días, una persona sale a hablar, aunque no tenga nada que decir, pero con su discurso alimenta a sus seguidores.
Y ese gobernante, aunque traten de decir que ya no pertenece a ningún partido, pero alcanzó el poder por medio de uno.
Lo que no termina de entenderse desde el 2018 que llegó a Palacio Nacional: es Presidente de todos los mexicanos. Por eso, como tal, debe de permitir que se den las condiciones necesarias para el buen desarrollo de las elecciones de este año.
Además, AMLO ha aplicado la máxima, de que ellos no pelean por cargos. Y si en verdad están con los encargos, es la hora de que prediquen con el ejemplo.
La necedad
Primero era de que el Presidente apareciera en las boletas electorales de este año, con el argumento de que votaran por la revocación de mandato.
Era una estrategia para que el político tabasqueño influyera en el ánimo de los electores y con eso eligieran a sus candidatos de Morena.
No alcanzaron los acuerdos necesarios y eso quedó para el 20-22, en una forma de plebiscito que promueven.
Aunque la ley es muy clara: Andrés Manuel López Obrador fue elegido en las urnas para ser mandatario de México por 6 años. A menos que él renunciara, pero no puede ser revocado su mandato a través de una especie de consulta popular.
Así como está claro este asunto, deberían de tenerlo en cuanto a “las mañaneras”.
No se trata de coartar la libertad de expresión o censurar a un mandatario. En todo caso, un gobernante debe de entender que tiene una gran responsabilidad, incluso en su libertad para decir las cosas.
Así como se cierran los programas oficiales desde meses antes de las campañas, así también los que ostentan un cargo, desde Gobernadores como alcaldes, deben de abstenerse de realizar actos públicos y declaraciones de todo tipo, que puedan influir en un proceso electoral.
Y de esto, no está ajeno el Presidente de la República. Es más, debe de ser el primero en mantenerse al margen de intervenir en las elecciones. O por lo menos debe de cuidar las formas.
También hay que recordar, que AMLO fue uno de los críticos a estas prácticas, cuando era el más recio opositor al sistema. Hoy, no debe de caer en esta contradicción, que sería lo peor que podría hacer.
Que no se pierdan los ideales. Deben de tener muy en claro que son el “Movimiento de Regeneración Nacional” y que representan a “la cuarta transformación”.
Ya dejen de andarse colgando cada vez que van a las elecciones de la imagen de López Obrador, que eso los hace ver muy pésimos.
Después de dos años, el hoy partido en el poder debería de demostrar que no necesita del poder para enfrentar a los adversarios. Deberían de presumir que son realmente un movimiento del pueblo. Pero, lamentable se olvidaron de ese “pueblo sabio”.
Ser o no ser. He ahí el dilema que tiene Morena. Más allá de “las mañaneras”, de aquí a las campañas veremos realmente de que están hechos.
Moraleja: Si no es lo mismo torear… ¡Que ver los toros desde la barrera!
Al margen: ¿Se enojaron?
Me cuentan que los alcaldes de Chiapas que exhibí ayer en esta columna, de no tener ninguna afiliación a algún partido, se molestaron ¡Hay, mis ternuritas!
Deberían de definirse. Porque como están las cosas, no vayan a meterse en algún problema, como con sus Cuentas Públicas, y nadie los defenderá. ¿Se enojaron? ¡Mejor se pusieran a trabajar un poco de aquí a lo que les resta de su mandato!
Por último: ¿Será cierto?
La versión salió de la dirigencia estatal del PT en Chiapas: hasta el momento, no tienen ningún acuerdo con Morena y con el Verde Ecologista, para la repartición de las candidaturas a diputados federales en alianza.
Es decir, que aquella información de que ya se habían distribuido los distritos es falsa. Quizá por eso Morena permitió el registro de precandidatos en regiones donde se supone irían a la cabeza otros partidos, como en el caso de Comitán que sería para el PT. ¿Será cierto? ¿O algo están tramando?
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