LA SHARIA
Sharia en árabe significa “el camino”. Es una interpretación del Corán que superpone las creencias religiosas sobre los mandatos legales en los países a donde emigran. Es una cruzada contra los infieles sin importar su origen. De acuerdo con el Registro de Entidades Religiosas en España hay más de 1,500 mezquitas. En Francia, hay unos 2,600 lugares de culto musulmán. Grupos islamistas controlan todo un barrio en Londres imponiendo, con dinero de los contribuyentes, la ley Sharia en templos, escuelas y tribunales. En la capital británica ya viven alrededor de un millón de musulmanes. En casas particulares y mezquitas operan bajo el sistema legal derivado del Corán. Un 3.7% de la población en Alemania son musulmanes, algo más de 3 millones que ahora son ciudadanos. De las 2,800 mezquitas que hay aproximadamente en Alemania sólo unas 300 son reconocibles como tales por su arquitectura turco-otomana. Más de 50 colegios islámicos holandeses siguen la doctrina salafista en Holanda. El salafismo es un movimiento islamista radical totalitario y ultraconservador.
Estamos presenciando lo que, en su momento, Samuel Huntington, denominó el “El choque de las Civilizaciones”. Curiosamente nadie emigra a Cuba, Venezuela, Afganistán o los países musulmanes. Son países de cuyos regímenes huyen sus ciudadanos. Pero luego cuando se sientan en la mesa, como sucedió en la reunión del CELAC, dicen que pueden dar lecciones de democracia como lo hizo cínicamente Nicolás Maduro. A toda acción corresponde una reacción. Por eso no debe extrañarnos la firme determinación de Estados Unidos de rechazar la inmigración, esa será la tendencia en los países más desarrollados.
